1
Una lágrima de inconmensurable satisfacción recorría su mejilla mientras en su boca sabores y sensaciones que pensaba olvidados le llevaban a otro momento y lugar. Nada de lo que le rodeaba en esos momentos podría haberle distraído y apartado del singular estado de placidez y excitación que, como cada mañana, le provocaba el croissant del desayuno.
2
El agua caliente caía abundante sobre su cuerpo y llenaba el baño de vapor. Con los ojos cerrados mirando al techo se abandono unos eternos segundos al placer de una ducha abundante y caliente. Disfrutar de cada segundo era inevitable, cada gota de agua que impactaba contra su cuerpo era una fuente de insondable placer táctil.
3
La suavidad con la música llenaba todo el coche conviertiendolo en una isla de elegancia y refinamiento en medio de un mar de vulgaridad y terrorífico mal gusto. Esto le provocó una sonrisa y un gesto de complacencia que le hacían parecer estúpido o drogado. Y era así como se sentía, felizmente estúpido y drogado por las elegantes notas, la armonía de sonidos y la genial interpretación. El camino sería demasiado corto ese día.
Buenísimas las reflexiones! Tanto que cambio desde ahora mismo el zumo de naranja por el croissant, que no será tan sano pero parece que sienta mejor…, después de la tonificante ducha y las elegantes notas… :)
ResponderEliminarBesos.
A mi me parece que lo del croissant es, más bien, una cuestión de falta de memoria.
ResponderEliminarSi ya sabía yo que mi cafe con leche con tostadas y mi ducha caliente eran un placer, pero nunca se me habria ocurrido expresarlo así.
ResponderEliminarLo tuyo en vez un desayuno, una ducha y el camino hacía el chollo ,parece que estas de vacaciones.
¿no se te habra metido algo raro en el croissant?.
Si la verdad es que yo no desayuno, pero cuando puedo hacerlo... me gusta disfrutarlo.
ResponderEliminarHe disfrutado otra vez de cada magnifico segundo releyendo estos tres relatos y vuelvo a sonreir diciendo, Increible... Excelente....
ResponderEliminarUn saludo y Gracias, Elba
Gracias Elba.
ResponderEliminarEeeehhh! Los cambios te han quedado geniales! Y las historias, como siempre, diferentes y sorprendentes.
ResponderEliminarUn saludo,
Arale