viernes, 27 de noviembre de 2009

Aburrido del coche


Viajar de noche, con lluvia, niebla y cansancio no es nada recomendable. Siempre que se pueda debemos evitarlo, este es un buen consejo de la Dirección General de Tráfico, pero no siempre es evitable. Yo ya he rayado un coche contra un guardarailes, suerte de que solo fuera eso, por viajar de noche y cansado. Así que cuando empecé a notar que no conducía cómodo comencé a decirme cosas bastante poco reconfortantes.

-Mira que no has hecho testamento y ni sabes los seguros de vida que tienes.

-¿No estará los neumáticos demasiado desgastados?
-A ves si antes de que acabe el año vas a hablar con el abogado y arreglas las cosas.

-¿Ese ruido es normal?
-Creo que ya toca la revisión del coche, si es que hacemos quilómetros a lo bestia.

Cuando uno mismo se pone cenizo es difícil abandonar esa espiral pesimista, así que busqué auxilio en la radio. Busque una emisora que no me enfadase, una con noticias, por ejemplo.

-Que no sean de economía, que son deprimentes.
-¡De fútbol tampoco, que no lo soporto!
-No pongas música, que te puede dar sopor.
-A ver si encuentra una que hable de cocina, que tengo hambre.

Como la cosa no mejoraba pensé en enfrentar a mis múltiples yo internos, a ver si se ponían a discutir entre ellos y me dejaban en paz.

-Creo que voy a poner Radio5 que a estas horas hay un programa de contenido social, algo sobre ONGs, o sobre inmigración.
-¡No! Casi prefiero la música clásica, que me duerme menos.
-¿Que tienes tu en contra de la música clásica? Además eres un insolidario y un déspota.
-Hombre, a esta horas sería mejor algo entretenido, pero música no, que...
-¡Ya estamos! A los señoritos no les va la música, ni nada que sea serio, a ver si acabamos poniendo cualquier tontería llena de anuncios, ¡idiotas!
-¿a quien llamas tu idiota? Mira, prefiero anuncios a algo de cocina, que con el hambre que tengo solo me faltaba.
-No tienes ni idea...

Y así los deje, mientras yo oía el aleatorio del iPod tan tranquilo, viajando aburrido, pero tranquilo.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Observando


Esperando en la consulta del médico me encontraba yo cuando en un abrir y cerrar de ojos todo se paró. Para mi no era la primera vez, así que no me asusté, por un lado me alegré de tener la batería del iPod llena y por otro me amargo en no saber lo que podía durar este nuevo episodio de congelación temporal. Ya otras veces, cuando se ha parado el tiempo a mi alrededor, he aprovechado para observar a la gente. Esto en condiciones normales es algo difícil, y si no, intentadlo. Mirad con detenimiento a quien tengáis enfrente en el metro, el autobús, la cola del super, en la mesa de al lado en la cafetería, o a un compañero, o compañera, de trabajo. Algo tan sencillo se convierte en un deporte de riesgo, y más riesgo conlleva cuanto mayor es la ciudad donde se practica. Pero con todo detenido es una delicia, nadie se siente agredido, y uno puede recrearse en cada facción o postura, se puede observar, distrayéndose, abandonándose en lo hermoso del paisaje humano.
El tiempo también se había detenido para mí, no cuanto pasó, dos, tres, cuatro canciones, y de repente, otra vez, en un abrir y cerrar de ojos, todo volvió a su ritmo normal. Pero yo ya había visto todo de otra manera.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Pensamiento positivo


Hoy he decidido ser positivo, ignorar las obras de la carretera, la lluvia incesante, el oscuro día, incluso la melancólica música que emiten por la radio. Así que he decidido ver las obras como una carretera más cómoda y segura para el viaje de mañana, la lluvia como esa necesaria agua que ha llegado antes de que fuera demasiado tarde, la oscuridad como las nuves que nos traen la lluvia y además producen un hermoso contraste con los amarillos, ocres y verdes del campo en otoño, y la música lenta y hasta melancólica me ayuda a conducir con más sosiego y calma, para así llegar a mi destino más relajado y tranquilo. Sí, desde luego es un precioso día de otoño, da gusto vivirlo y apreciarlo.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Pizza Outlet

Hoy he visto una pizzería outlet. No podía creérmelo. Miré una y otra vez el cartel que la publicitaba "Hiperpizza Outlet". Una serie de preguntas me asaltaron inmediatamente.
¿Serán pizzas que han sido pedidas y no entregadas?
¿Sus ingredientes son de la temporada pasada?
¿Sus variedades serán las que ya no se piden en las pizzerías de temporada?
¿Tendrás que llevar tú la caja para ahorrar costes?
Tantas dudas me asaltaron que con decisión me dirigí a consultarlo con quien allí estuviese dispuesto a atenderme, pero toda mi determinación se estrello contra una puerta cerrada y un cartel de "Próxima apertura".

lunes, 16 de noviembre de 2009

¡Mi reino por un café!

¡Que larga se me está haciendo esta semana! dijo Miguel el lunes a las 9:10 AM. Tomás le miró con estupor y Jaime lo ignoró activamente. Parecía que la cosa acabaría ahí cuando Tomás comenzó un razonamiento que no les llevaría a nada bueno.
-¡Tenemos que ser positivos! Hay que mirar a los ojos a la desidia y la apatía y...
-¡Noooo!- Interrumpió Miguel- ¡No puedo! Cada vez que veo la hora en el ordenador me desespero, me hundo, me...- no encontró más palabras y empezó a acompañar su silencio con gestos teatrales y muecas exageradas.
Miguel miraba cada vez más asustado y Jaime seguía a lo suyo, intentando no pensar en lo que le esperaba toda esa semana con el enajenado de Miguel y el simple de Tomás.
- Vamos, vamos, no es para tanto, venga vamos cosa a cosa y ya verás como se nos pasa la semana en un suspiro.- Le decía Tomás a Miguel mientras este respiraba en un bolsa de papel con la cabeza entre las piernas. Un ruido de tacones acercandose hizo que todos levantasen la mirada. Susana entro en la habitación y dejó un montón de carpetas sobre la mesa de Miguel sin que ningún sonido saliese de su boca.
-¡Guapa, más que guapa!
-¡Chissssst! ¡Calla Miguel!- dijo Tomás llevandose las manos a la cabeza.
Susana ni se inmutó, siguió por el pasillo alejando su ruido de tacones hasta que desapareció hacia el final del pasillo.
-Si es que viene a traernos todos esos expedientes ¡solo para verme! y que le diga cosas bonitas.- Sentenció Miguel, de pié sobre una silla de ruedas, lo que supuso que acabó recorriendo el metro escaso que le separaba de su mesa y acabó cayendo sobre las carpetas que acababa de dejar Susana.
Tomás seguía con las manos sujetando su cabeza, parecía una tinaja de vino, y Miguel estaba en el suelo rodeado de papeles y riendo como un loco.
¡Señor, si tan solo son las nueve y media del lunes! Pensó Jaime cuando lo vio claro.
-¡Mi reino por un café!- Y se marcho con paso marcial hacia la zona de relax, dispuesto a tomarse uno, dos, tres cafés, o tantos como fueran necesarios para llegar a las dos de la tarde sin volver a su puesto.

viernes, 13 de noviembre de 2009

He visto la luz al final del tunel



No me lo podía creer. Era el túnel más largo que había atravesado en mi vida. Cuanto más avanzaba más  largo parecía. Más y más luces, cada vez más y más distantes, se alineaban en ambas paredes del túnel. Llegó un momento que no sabía cuando hacía que había entrado, e incluso olvidé porque había emprendido ese camino. El cansancio llegó, pero en un túnel no se puede parar. Miraba a lo lejos, miraba hacia atrás, buscaba otros compañeros de viaje para que su presencia me tranquilizase, pero parecía que nadie más recorría esa largo y cada vez más oscuro túnel. La presión empezaba a vencerme cuando vi la luz al final, a lo lejos, blanca pequeña y brillante, y pude olvidarme del pesado y duro camino recorrido.
¡Si! ¡Por fin es viernes!

jueves, 12 de noviembre de 2009

¡Es el fin del mundo!

-¡Es el fin del mundo! ¡Vamos a morir!
-¡Mierda! ¡No me va a dar tiempo de acabar el sudoku!
-¡Lo que a ti te pasa es eres un adicto!
-¡Mira! Ya tengo yo bastante con que se acabe el mundo como para ponerme ahora a preocuparme con eso de las adicciones. Además, tu eres una angustias.
-¿¡Yo!? ¡Con lo que me preocupo por ti y así me lo agradeces!
-Es verdad. En cuanto acabe el sudoku te doy unos mimos.
-Vale, pero no tardes. (Lo que hay que hacer para que me preste algo de atención).

lunes, 9 de noviembre de 2009

Reflexiones


El pasado sábado una amiga me dijo que echaba en falta mis reflexiones. Que tanta historia, sueños y relatos raros no le hacían mucha gracia. Para que negarlo, la entendí perfectamente. Yo también echo en falta la calma y el sosiego necesarios para reflexionar.
Y así me puse a pensar en las cosas, en las situaciones, en los momentos que abandono el mundo para poder mirarlo desde lejos y permito sorprenderme a mi mismo con una pequeña reflexión.
Pensé en mi amiga que no quiere historias raras, si no pequeñas reflexiones que le ayuden a mirar las cosas de otra forma.
Me quedé embobado delante de la ventana, viendo pasar coches debajo de una lluvia fina y persistente, orballo lo llamamos aquí, y pasó una furgoneta que llevaba impreso, "Si lees esto, tienes razones para sonreír" y por supuesto sonreí, porque me di cuenta que tenía muchas razones para sonreír.
Mi amiga también tiene muchas razones para sonreír, aunque a veces no piense en ellas, y por eso quiero decirle, gracias, porque tú también eres un motivo para sonreír, pero para que sonrían muchos.
Yo sigo sonriendo, empiezo a parecer tonto, pero no me importa, porque soy un tonto feliz, y eso, ser y hacer feliz, es lo importante.

Nos leemos...

viernes, 6 de noviembre de 2009

Caminando entre ganado


Soy un lobo con piel de cordero. Acompaño al rebaño al mismo tiempo me alimento de él. Soy una sombra que aprovecha la noche para acercarme sigilosamente a uno de ellos y arrastrarlo en silencio a la oscuridad. Ya a solas me alimento lentamente de su dolor. De esta manera puedo volver al día siguiente a caminar entre ellos, mi ganado, sin que apenas se note en mis ojos mi condición de depredador.

martes, 3 de noviembre de 2009

Antón contra o lume

A escuridade estaba salpicada pola luz laranxa das lapas. Antón era o único que se mantiña, firme e sereo, fronte o imponente inimigo. Todos os demáis correran a seguridade do camiño, dende berraban, deixandose as gorxas na procura de que Antón entrara en razón. Pero Antón seguía alí, fronte a laranxa besta de escura mirada, co seu batelumes firmemente collido e presentado a modo de lanza, coa negra e requiemada goma por riba da súa cabeza.
A besta abriu a boca e deixou ver ilera tras ilera de picudas lapas a modo de dentes. O berro que de ahí saiu foi como miles de árbores en súbita incineración. Os homes enmudeceron, retrocederon, se encolleron, e non choraron porque non quedaban bagoas nos seus ollos. Pero Antón non se moveu. Antón seguía a mirar a cara deste terrible fillo de Phyros mentres collía coas dúas mans o batelumes, separou e flexionou as pernas e preparouse para a primeira acometida lo lume. Este empezou con contundencia lanzando unha densa columna de fume, cousa que non erredou a Antón que lebaba a sua mascara ben posta. Antón lanzouse adiante e a un lado e dirixiu un veloz e preciso golpe de batelumes contra as mans de besta. O contraataque enfureceuno e provocou que desta vez lanzase unhas lapas contra o bombeiro, que apenas as puido desviarlas co batelumes e lanzarono contra o requeimado chan. Pero Antón non só era arroutado, sabía o que facía, e dende o chan, por baixo das mortáis lapas lanzou un decidido golpe os pes do lume. Bateu con forza unha e outra vez contra o nexo da ardente presenza coa terra. O aullido foi terrible, o e estruendo da caida tamén, e xusto cando Antón, posto en pe, buscaba asestarlle o golpe final, unha bola de fogo golpeouno no peito, deixandoo sen alento, arrebatandolle as forzas, e o batelumes. A besta recuperouse, ergueuse e dispusoxe a rematar o home que segúia no chan, buscando encher os seus pulmóns con algo que lle dera forzas, cando un potente chorro de auga abriulle o peito. Na sua loita contra Antón esqueceuse por completo dos seus compañeiros, dandoos por vencidos, fuxidos, e humillados, pero estes non estaban por abandonar o seu compañeiro e foron na procura de reforzos, do motobomba. En canto chegou conectaron a fume de carozo as mangueiras e atacaron o lume.
A auga caía sobre Antón como unha tormenta de verán. Antón conseguíu levantarse, e apoiandose no seu batelumes achegouse a besta, que loitaba desesperadamente contro o chorro de auga vaporizandolo antes de que lle tocase. Por un momento parecía que ía ser capaz de de evaporar canta auga lle botasen, pero Antón non ía permitilo. Golpeou unha e outra vez nel ata que quedou reducido a cinzas humeantes.
Unha vez máis Antón e os seus derrotaron o demo.

Nos leemos...