martes, 25 de agosto de 2009

Espera

La revista, el cuadro de enfrente, la señora de la izquierda, el señor mayor de la derecha, la revista, el reloj, -¡Señor! ¡si son ya las doce y cuarto!- vuelvo a la revista, que para variar es un Hola, o un Semana, o cualquiera de esas, la verdad es que a mi me da igual, son todas una...
-Perdone, ¿quién es el último?-
-Creo que ese señor de ahí.
En que estaba yo... si, la hora, -¡No puede ser!- son las doce y cuarto y yo sigo aquí, ¿quíén me mandaría?, si yo me siento bien, no me pasa nada, además seguro que es más fácil coger algo aquí que salir curado de algo que trajera de casa. ¿Cómo me dejé liar? si además son las ¡doce y cuarto! cuando salga de aquí me va a oir. Pedirme cita para el médico sin motivo alguno, que si pareces cansado, que si tienes mala cara, que si duermes mal, ¡claro! con tanto agovio y tanto insistir en que estoy enfermo acabarán enfermandome.
Como no haya entrado a las doce y media me levanto y me marcho. Claro que a ver quién los aguanta después, que tal como son me van a pedir justificante médico, ¿qué te dijo? ¿qué pruebas te van a hacer? ¿para cuándo te ingresan? ¡Ah, no! ¡Eso si que no!
-¡Siguiete!-
-Soy yo, ya voy...- Menos mal, porque la verdad es que ya me estaba empezando a marear y ya me veía desmayado antes de poder decir, ¡Ay que que me mareo!...

1 comentario:

  1. "profe" que se te ve agobiado, siendo critica , y a consta de que todo lo que has escrito es lo que suele pasar, no ha sido uno de tus mejores relatos. Aunque si con eso te has desahogado.... para mi ok.

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